01 Agosto, 2020
Un regreso inteligente al lugar de trabajo
Crowd.lytics
Patricio Cavalli y Ricardo Scattini ofrecieron una charla sobre cómo la inteligencia artificial puede ayudar a las organizaciones a organizar sus espacios y controlar el cumplimiento de los reglamentos sanitarios en el marco de la nueva normalidad.
“Distintos países están tratando de reabrir sus economías y sus actividades sociales después del cierre abrupto por una cuarentena inesperada para 3.200 millones de personas en simultáneo durante dos meses”. Así, con lo que denominó botched reopening (reapertura arruinada) el especialista en marketing y negocios Patricio Cavalli abrió la charla gratuita Inteligencia artificial y vuelta a la oficina: volver cuidados y seguros, en el marco de un nuevo ciclo que analizará la solución crowd.lytics de Practia, que utiliza inteligencia artificial para monitorear el comportamiento de las personas en espacios cerrados, ayudan a monitorear flujos de tráfico, desarrollar patrones de movimientos más seguros y ayudar a las empresas a hacer la vuelta a la oficina lo más segura posible. Lo acompañó en el evento Ricardo Scattini, arquitecto de soluciones de negocios de Practia.
“Los gobiernos y las instituciones fallan a la hora de encontrar soluciones para esta crisis que apila crisis: la sanitaria, la económica, la social y las políticas que ya van a venir”, continuó Cavalli, para quien el término “arruinado” está relacionado con que el virus parece haber llegado para quedarse: siguen apareciendo nuevos contagiados a diario y en algunas geografías la vuelta a la normalidad implicó un aumento en el número de casos. “Más allá de la aparición de una vacuna o de un tratamiento efectivo, la tecnología puede resultar muy útil para enfrentar algunas de las cuestiones que vienen en el futuro inmediato”, destacó Cavalli.
“Por más doloroso que sea, tenemos que asumir que no habrá una reapertura milagrosa ni mágica, durante la cual todos podamos salir juntos a la calle mientras de fondo suena la Novena Sinfonía de Beethoven y todos nos abrazamos para dar inicio a las fiestas, los asados, las salidas al cine y el trabajo en la oficina”, bromeó Cavalli. “Sera un proceso lento, en el que debemos ir sacando la cabeza de a poco, analizar la situación y dar pasos hasta que podamos aproximarnos a la normalidad”, aportó.
Entre los grandes desafíos que se vienen, Cavalli resaltó el del ascensor: ese medio de transporte mínimo que, en los grandes edificios, se transforma en uno de los sitios donde se congregan más personas, que se apiñan durante unos pocos segundos. “Es un medio ineficiente si debemos restringir su uso”, explicó Cavalli. Lo mismo ocurre con las escaleras o algunos espacios comunes como los baños o los alrededores de las máquinas de café. “Tenemos que encontrar estrategias para administrar muchas personas en espacios pequeños”, enfatizó Cavalli. Otro reto es el de volver a recibir personas en las instalaciones. “Hay tres caminos: uno, seguir cerrados y avanzar hacia el colapso; otro, como el caso de Estados Unidos, abrir y que sea lo que el virus quiera; y el intermedio: una reapertura con regreso controlado a oficinas, empresas, centros de procesamiento de datos, plantas y fábricas a través de herramientas tecnológicas que nos permitan controlar el movimiento de las personas”, definió Cavalli.
En ese sentido, Scattini introdujo crowd.lytics. “En el regreso a la nueva normalidad es necesario detectar de manera automático y en tiempo real el quiebre de las nuevas normas de distanciamiento o del uso del tapabocas”, detalló.
crowd.lytics es un software como servicio que funciona en la nube y que utiliza machine learning e inteligencia artificial para tomar datos de fuentes de video ya existentes en la organización, desde circuitos cerrados hasta cámaras web. “Hasta ahora, los videos eran una fuente de información solo si había humanos para verlos y sacar conclusiones, por eso lo potente de esta herramienta es que le dimos a las computadoras poder de visión y de generar datos para incrementar la eficiencia y apuntalar la toma de decisiones, puntualmente y por ahora en dos aspectos: el cumplimiento del distanciamiento social y la presencia o no de tapabocas en una persona”, expresó Scattini. La solución, por tanto, emite alertas cuando se vulnera alguna de estas dos reglas y genera reportes detallados para comprender si la circulación de gente por un espacio es eficiente.
“Muchas empresas están rediseñando y adecuando los espacios para albergar a los trabajadores en la época pospandémica, esto involucra un análisis para entender cuánto tarda una persona en llegar a el sitio donde se sienta, cuántas veces cambia de lugar dentro de la organización, cómo se utilizan los espacios y, en definitiva, si la nueva distribución de espacios es adecuada para cumplir con las nuevas regulaciones y establecer puntos de mejora”, concluyó Scattini.
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