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01 Agosto, 2020

Las enseñanzas que nos dejó la pandemia (y las que nos puede dejar)

Practia Talks / Fernando Zerboni y Juan Echagüe
Fernando Zerboni, docente de la Universidad de San Andrés, y Juan Echagüe, Director de Investigación y Desarrollo en Practia, analizaron los aprendizajes que llevamos acumulados en estos dos meses y pusieron el foco en el “nuevo normal”.
El piloto y el copiloto se sienten a gusto: el despegue fue apacible y la vista del río Hudson desde el aire les resulta maravillosa. De pronto, el avión impacta contra una bandada de gansos salvajes. Los dos motores quedan inutilizados. El piloto necesita pensar muy rápido para evitar una catástrofe. Con estas escenas iniciales de la película Sully: hazaña en el Hudson, protagonizada por Tom Hanks, abrieron su charla en el marco de Practia Talks el experto en dirección de empresas y docente de la Universidad de San Andrés, Fernando Zerboni y el socio de investigación y desarrollo de Practia, Juan Echagüe. ¿El título?: “Practicando el aprendizaje social y organizacional: ¿Qué aprendimos en estos dos meses en las empresas y en la sociedad?”. Para completar el análisis, ambos especialistas mantuvieron conversaciones con tomadores de decisión de diferentes organizaciones.

“Un poco nos pasó a todos lo mismo que al capitán Sully: estábamos muy tranquilos y de repente nos topamos con una crisis”, señaló Zerboni. “A diferencia de lo que muchos consideran, que se trata de una ola, nosotros lo vemos más como una cadena montañosa: estamos en el primer valle, pero no sabemos qué viene después”, afirmó. El experto aseguró que el contexto producido por la pandemia se puede dividir en tres etapas y destacó que “todas las personas y situaciones son diferentes, no hubo uniformidad, por lo que vamos a tratar de dar sentido al proceso sin juzgar mirando hacia atrás, debido a que muchas decisiones se tomaron con información parcial, ni dando pronósticos, que son casi imposibles de establecer”.

La primera etapa la definió como aquella en que “todos nos comimos la primera curva y descubrimos que dos motores no funcionaban”. Una situación excepcional que obligaba a tomar decisiones muy grandes. “Nosotros trabajamos con el marco Cynefin, que indica que la primera etapa es de confusión: estamos en la niebla, no sabemos lo que va a pasar, contamos con datos erróneos (“el virus no resiste las altas temperaturas”), por lo que hay que avanzar sin hacer ningún movimiento raro”, explicó. La segunda etapa es la de caos, en la que no sirven las acciones tradicionales. “Si en un río nos ataca un cocodrilo no tenemos tiempo para pensar, hacemos lo que sea para salvarnos con las habilidades de las que disponemos y con el conocimiento acumulado”, agregó. En medio de las reclusiones y los cierres de frontera, se hizo lo que se pudo, con una cierta idea generalizada de que iba a ser una etapa corta. “En este momento se requerían liderazgos fuertes, por eso una de las estrellas del momento fue Jacinta Ardern, la primera ministro de Nueva Zelanda, que consiguió tranquilizar a la población y frenar la pandemia, apoyándose en instituciones fuertes y en un liderazgo firme y empático”, dijo Zerboni. Otro fenómeno fue que la sociedad se recostó sobre los científicos: los epidemiólogos comenzaron a ocupar espacio en la televisión y en otros medios y los expertos en salud tomaron un rol clave en el desarrollo de políticas públicas. Las decisiones del gobierno argentino, en general, se basan en las opiniones de los epidemiólogos.

Con la experiencia en estas dos etapas fue que Zerboni y Echagüe contactaron tomadores de decisión para analizar qué cambios habían experimentado entre el momento anterior a la pandemia y mayo. “Destacaron el surgimiento rapidísimo de esta versión particular de trabajo remoto, no un home office planeado, sino esa construcción del hogar como un espacio híbrido donde uno trabaja, comparte con su familia y es interrumpido por un hijo que viene a hacer un comentario en medio de una reunión”, apuntó Echagüe. “También nos cargamos mucho de trabajo: sentimos más presión y compromiso para tener las cosas bien hechas e intentamos que el hecho de estar teletrabajando no alterara lo que veníamos haciendo”, agregó. Esta exigencia vino acompañada de una inevitable fatiga. “Al mismo tiempo, muchos de nosotros aprovechamos este tiempo para aprender, leer, informarnos, ampliar perspectivas, unas veces para mejorar lo que hacemos y otras para ampliar el horizonte de confinamiento en casa”, detalló Echagüe.

Más allá de que estamos en proceso de aprendizaje, el socio de Practia aseguró que debemos celebrar lo conseguido: “seguimos funcionando, en algún sentido somos más humildes, quedamos mejor preparados para asumir cambios, tuvimos oportunidades de aprender, desarrollamos conceptos como el de solidaridad, contención y apoyo y establecimos nuevas maneras de trabajar en equipo”, enumeró. La transformación en las organizaciones abarcó desde pequeñas cosas (“nunca imaginamos que esta tarea se podía hacer en remoto”, dijo Echagüe que le dijeron en una de las entrevistas) hasta las iniciativas más grandes. “Muchos aprovecharon esta ventana de oportunidad para acelerar proyectos que se traían entre manos de antes”, indicó.

Zerboni dice que se habla mucho del “nuevo normal” como algo que está por ocurrir cuando, en realidad, de cierta manera ese futuro ya llegó. “Ya estamos en la tercera etapa y puede durar un tiempo en el que deberemos ir haciendo ajustes y soportando idas y vuelta”, indicó. “Los tomadores de decisiones tienen que moverse en un futuro muy incierto, en el que sabemos que habrá una recesión importante pero que no afectará por igual a todos los sectores ni a todos los países, y que se desarrollarán una nueva batería de interacciones de forma no previsible. “Un país que abra sus fronteras generará un impacto en el resto y cuando toque hacer la evaluación de lo actuado habrá consecuencias económicas y políticas en el muy corto plazo”, apuntó. “La realidad ya no es una foto, sino un Picasso: de primer vistazo no es fácil de interpretar”, graficó.

Echagüe, por su parte, separó la interpretación de los datos del manejo de la ciencia. “La pandemia dejó como fenómeno que los datos, herramienta básica de la ciencia, llegan de maneras nuevas al público en general: el tablero de datos del hospital John Hopkins es una de las páginas más visitadas del planeta, los medios de comunicación muestran gráficos de escala logarítmica y la famosa curva a achatar no es otra cosa que un modelo matemático, a partir del cual se toman y se fundamentan las decisiones de políticas públicas”, narró Echagüe. “Para los que trabajamos con modelos desde hace años resulta sorprendente que marquen agenda”, indicó.

Sin embargo, advirtió que la si bien es bueno que la sociedad haya puesto el foco en la ciencia, se está buscando algo impracticable. “La ciencia construye verdades, pero no puede generar respuestas de manera voluntaria en el momento en que se las requieren”, afirmó el socio de Practia. “Miramos en el interior del aparato científico y nos sorprendemos: creíamos que era una fuente de certezas basadas en datos que, una vez dichas, quedaban establecidas para siempre, y de repente descubrimos que hay todo tipo de debates, controversias y diferencias hasta que llega el punto de maduración”.

Para Zerboni, estos liderazgos fuertes y científicos que tan útiles fueron en la etapa dos, no sirven en la actual. “Estamos muy acostumbrados a planificar antes de actuar, pero la emergencia, que nos enseñó muchas cosas, va a durar un tiempo, por lo que en los próximos meses necesitaremos cuidar el rumbo, encontrar modelos para producir y funcionar, analizar perspectivas de largo plazo para una sociedad que no va a ser igual”, aseveró. Recomendó además tener una mirada dual: al muy corto plazo por un lado y al mediano-largo por el otro. “Es ideal plantear el foco en escenarios ágiles, viendo las tendencias y las señales y buscando los elementos y las formas de entender qué puede pasar, sin jugarse únicamente a una posición”. Esto implica una redefinición soportada en metodologías ágiles para poder girar y adaptarse en un entorno cambiante. “Llegó la hora de las organizaciones ambidiestras, capaces de aprender al mismo tiempo que producen”, concluyó Zerboni.

Practia Talks es una serie de conferencias gratuitas en formato de webinar de aproximadamente una hora cada una, sobre temáticas de interés para los líderes. Es parte de las propuestas de difusión del conocimiento de Practia en tiempos de pandemia, que incluyen también la disponibilidad entre marzo y mayo del programa Practia Academy, con charlas sin costo sobre nuevas tecnologías, iniciativa que sumó más de 1.000 inscriptos.

Practia.global, Todos los derechos Reservados, 2020

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